miércoles, 28 de diciembre de 2016

Benifaió - Carcaixent


Ya se va convirtiendo en costumbre. Iniciamos la ruta pronto, muy pronto.Era tan de noche cuando empezamos a andar, que, prácticamente no se veían las señales. Menos mal que nuestro buen amigo José conocía el camino y nos fue dirigiendo hacia Algemesí.El camino se convirtió en una lección práctica sobre la naranja, sus clases, características...navel, clemenvilla, navelina, sanguina, valencia late, satsuma, cleme nules...¡ que nos pregunten cosas sobre la naranja!.
La entrada en Algemesí nos fue acercando a diferentes monumentos: el Calvari, las monjas de clausura, especialistas en bordados de dotes de chicas casaderas y sobre todo ¡el mercadillo!.

Nuestro camino atravesaba el mismo en toda su longitud.Las paradas se convirtieron en una irresistible tentación a la que no pudimos sustraernos. Quien más quien menos, se mercó alguna cosa. Igualmente noa concedimos un merecido y apetitoso almuerzo ¡ ventajas del Camino!. Curiosamente, la calle por la que discurre el camino se llama Antic Camí Reial. Vimos el antiguo Hospital de Peregrinos, acondicionado como albergue y la impresionante iglesia dela Salut, con sus grafittis a bastantes metros del suelo ( la explicación es que en la plaza, se monta un coso taurino que permite a los vándalos dejar sus gracias escritas en el venerable monumento).
También fue curioso el ver la primera fuente de peregrinos en el Camino. Estaba debidamente protegida en una calle de la localidad. Toque Kitch: un Papá Noel de esos qe se cuelgan de los balcones, había sido vestido con el uniforme de los castellers de la Moixaranga. En Alzira veríamos otro peor. Para que no se mojara le habían puesto encima un paraguas ¡ delirante!
El camino seguía el agradable paseo entre naranjales y palmeras...seguía la lección: clemenules, satsumas, sanguinas....

Por fín llegamos a la Cruz Cubierta. Hito que según la tradición marca el final del rey Jaime I. La visita al mismo tuvo que ser cuidadosa, pues los coches iban lanzados. Aquí fue donde apreciamos un fallo en la señalización. Nuestro inefable amigo José, acumuló nuevos puntos al localizar la señal adecuada que nos condujo junto al río Verde, pudenta corriente de agua, semejante a la encontraríamos al llegar al Xúquer. Antes sin embargo, vimos la representación de la calzada, que la Consellería de Cultura ha montado en las cercanias ( se les fueron las medidas y es la mitad de ancha de lo que sería en realidad.

La llegada a Alzira y la consiguiente foto junto a sus murallas nos adentró siguiendo el Camino Real por toda una sucesión de monumentos evocadores: el antiguo Hospital de peregrinos de Santa Lucía, conventos de monjas, la casa medieval ( actualmente en reforma) donde murió el rey Jaime, el renacentista ayuntamiento. Sólo un pero. No sabemos por qué, pero habían desmontado los medievales casalicios de los Santos de la Piedra.
Un estrecho camino rural nos aproximó a Carcaixent, cuna de la naranja. Eso lo pudimos apreciar en cuanto llegamos al pueblo. Almacenes mordernistas,nos hablaban del pasado esplendor, cuando el dorado fruto era una especie de oro naranja que permitió el construir tan bellos edificios.

De nuevo nuestro amigo José nos fue conduciendo por calles en construcción, cercadas con vallas metálicas, hasta encontrar una estrecha salida que nos ahorró tiempo y camino.
La llegada a la estación supuso el final de 19 kms que no fueron en absoluto cansados ni aburridos. Quedamos convocados para la siguiente etapa, no sabemos cuándo, pero seguro que la hacemos.

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